domingo, 17 de abril de 2011

Peligro de extinción

De un tiempo a esta parte, el baloncesto muestra una tendencia constante hacia el difuminado en el perfil de sus jugadores. Los todoterreno ven cómo su cotización se dispara en detrimento de los especialistas en una determinada faceta. Por poner un ejemplo, los bases cuya mentalidad es la de dirigir el juego y encargarse de que todas las piezas funcionen correctamente, a costa de reducir su producción anotadora, son cada vez más escasos. Pero si existe una posición que realmente ha sido sometida a un sinfín de modificaciones a lo largo de la historia de este deporte, esa es la de center.

Patrick Ewing, Robert Parish o Hakeem Olajuwon. Representantes de peso de lo que a día de hoy constituye una especie protegida. Si levantamos la vista hacia el horizonte, se deja entrever una puesta del sol. La misma que supone el cierre de una época.

Actualmente, la liga cuenta con un número alarmantemente reducido de 5s puros y, de entre ellos, sólo tres pueden presumir de contar o haber contado con un equipo a su plena —o casi— disposición. 
  • Shaquille O'Neal: son varios los conjuntos ganadores que se han orquestado en torno a la figura del gran Aristóteles. Cuatro anillos conforman el resultado de estas variopintas asociaciones. En sus últimos años, a Shaq le queda poco que demostrarle al mundo.
  • Yao Ming: la muralla china se alzó durante años como una potencia indiscutible sobre la zona de muchos pabellones a lo largo y ancho de Estados Unidos. Su dominio se encontraba fuera de toda duda, hasta que la lacra de las lesiones se cebó con él. Los días de gloria se antojan lejanos.
  • Dwight Howard: el último superviviente. Howard constituye, a día de hoy, un bastión irreductible para la figura del pívot tradicional. Fuerte, físico, intimidador. Una bestia irrefrenable bajo los tableros que cuenta con un equipo a su disposición. El único que se encuentra en condiciones y posee la aptitudes necesarias para mantener vivo el legado de Shaq. El benjamín de una estirpe que lleva décadas rigiendo su imperio en la pintura con mano de hierro.
Son todos los que están, pero no están todos los que son, pues mención aparte merecen nombres como Andrew Bynum, Brook López, Marc Gasol o Kendrick Perkins, amén de algún otro. Por las venas de todos ellos corre sangre de center, pero ninguno —por el momento— representa la pieza central de un proyecto con aspiraciones inmediatas. La corriente sigue una sola dirección, y es la de convertir en pilar maestro a jugadores exteriores, en su mayor parte guards, y podemos inferir, mirando de reojo a la camada de bases emergida durante los últimos tiempos, que cabe esperar que la inclinación siga en boga durante años.


Los hombres altos ya no encuentran en David Robinson una referencia. Lo que van buscando es parecerse a Nowitzki o a Gasol. El cuerpo a cuerpo queda relegado a un segundo plano, eclipsado por la técnica, la clase y la elegancia en los movimientos. Y el que no posee las cualidades innatas indispensables para reciclarse, se convierte en especialista defensivo, al estilo de Marcus Camby o Tyson Chandler.



Todo en la vida se encuentra sujeto a continuas variaciones. El cambio es la única constante. El baloncesto no puede de ninguna manera suponer una excepción. Es por ello que a los nostálgicos sólo nos queda disfrutar de lo que queda. Antes de que sea demasiado tarde. La era del pívot toca a su fin.


Un saludo.

4 comentarios:

  1. Tio cada vez vas haciendo mejores articulos :)
    Este tema es esencial en el cambio que esta sufriendo la NBA año a año en cuanto a los pivots y como bien mencionas la gente joven ya cada vez menos se van queriendo parecer a Shaq o gente asi sino a Nowitzki que puede jugar tanto fuera como por dentro y son ala pivots-pivots muchos mas moviles
    Un saludo, Adrian Air Jordan

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  2. Muchas gracias por la lectura y la opinión, amigo! (;

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