domingo, 23 de enero de 2011

La conquista de América (1 de 2)

La temporada regular de la NBA ha alcanzado su ecuador. Entrados ya en el invierno, y con media competición por delante antes de los playoffs, corresponde hacer balance sobre la situación de los nuestros en la mejor liga del mundo. Qué se esperaba de ellos, qué han conseguido y qué les queda por acometer. Sin más preámbulos, veamos cómo les está yendo a los ÑBA.


Pau Gasol

Como no podía ser de otra forma, empezamos con nuestro baluarte. El máximo exponente del baloncesto español a nivel internacional.

Después del merecido descanso estival —comprendido por unos, criticado por otros— que se concedió el escudero de Kobe, todos esperábamos verle brillar nuevamente vestido de oro y púrpura. Y Pau no decepcionó. No suele hacerlo. 

Arrancó la temporada a un nivel estratosférico, con actuaciones dignas de un MVP, pero la lacra de las lesiones se cebó con el vestuario laker. Si bien él no fue afectado de manera directa, las bajas de Theo Ratliff y Andrew Bynum obligaron al coach a cargarle de minutos sobre el parqué. Y, aunque a veces no lo parezca, Pau es humano. El cansancio acumulado peleando en la pintura noche tras noche terminó haciendo mella en él, y sus números se resintieron. 

Coincidiendo con estas vicisitudes, los de Phil Jackson sufrieron uno de esos baches a los que ya nos tienen acostumbrados a lo largo del mes de diciembre. Mas no hay de qué preocuparse. Han recuperado su juego, y el mayor de los Gasol vuelve a mostrarse sólido en la cancha. Las cifras hablan por sí solas. Los Lakers, al cierre, ocupan el segundo puesto en el «ya no tan salvaje» Oeste, superados únicamente por los incombustibles Spurs, y Pau promedia casi 20 puntos, algo más de 10 rebotes y 4 asistencias. Lo que esperamos de él en estos momentos es otro anillo. Y con él, el three-peat.


José Manuel Calderón

El siguiente en la lista es, con permiso de Ricky, nuestro base por excelencia, José Manuel Calderón.

El extremeño comenzó la temporada con un regusto amargo. Venía de un Mundial que no pudo disputar por culpa de una inoportuna lesión, y, para más inri, los suyos no fueron capaces de conseguir la medalla sin él al mando. Y es que Ricky es muy bueno, pero también muy joven. 

Lo que todos queríamos ver en «Calde» era el regreso a la titularidad y la consolidación de su buen juego, repartiendo balones en Toronto. Y es eso precisamente lo que José ha logrado. Jugando 30 minutos por partido y promediando casi un doble-doble, ha dado un paso al frente y recuperado el puesto de base titular indiscutible entre los Raptors. Y es que los suyos juegan mucho mejor cuando es él quién dirige las operaciones. 

Queda claro que, a nivel individual, su año está transcurriendo de manera impecable, pero no podemos decir lo mismo sobre sus objetivos a nivel colectivo. Tras la marcha de Chris Bosh al titánico proyecto de Miami, «Calde» no tiene a quién surtir de balones y los Raptors marchan duodécimos en el Este. La aparición en post-temporada se antoja complicada.


Un saludo.


P.D. Este artículo aparecerá publicado en su totalidad en el número 0
de la revista onFire lo lanzamos en febrero. (www.revistaonfire.com).

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